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Cómo hablar con los niños sobre la muerte: guía para familias en Viladecans
psicóloga infantil Viladecans duelo niños

Psicóloga infantil en Viladecans para procesos de duelo en niños

Hablar de la muerte nunca es fácil. Ni para las personas adultas, ni para los niños y niñas, ni para quienes tenemos años de experiencia acompañando emocionalmente a familias. Aun así, he aprendido que las conversaciones difíciles también pueden convertirse en puentes: puentes hacia la comprensión, hacia la calma, hacia un modo más humano de relacionarnos con las pérdidas.

A lo largo de mi trayectoria profesional en PsicoVila, he acompañado a muchas familias en momentos delicados. Como psicóloga infantil en Viladecans especializada en duelo en niños, he visto que una conversación bien cuidada puede reducir miedos, fortalecer vínculos y ofrecer a las criaturas un mapa emocional para orientarse en tiempos de cambio.

Hoy quiero compartir esa experiencia contigo. Ojalá estas palabras puedan servirte como guía, como abrazo y como espacio de respiración.

Preguntas frecuentes sobre el duelo infantil
1. ¿Cuál es la mejor edad para empezar a hablar de la muerte?

No existe “una edad ideal”. Lo más recomendable es introducir el tema de manera natural antes de que ocurra una pérdida cercana. Conversar sobre el ciclo de la vida, la naturaleza o las despedidas cotidianas ayuda a que, si llega un duelo real, los niños y niñas tengan un marco emocional previo. No hablar del tema no protege: genera más confusión.

2. ¿Debo decir siempre la verdad o es mejor suavizarla?

La verdad siempre es más segura que las metáforas confusas. Puedes adaptar la información a su edad, pero evita expresiones como “se ha ido a dormir” o “se ha ido de viaje”. La claridad genera calma. La confusión aumenta el miedo. Aun así, la verdad no significa frialdad: puede ser honesta y a la vez profundamente amorosa.

3. ¿Y si lloro mientras se lo explico? ¿Le hará daño verme triste?

Llorar delante de tu hijo o hija no le hace daño; le humaniza. Le enseña que está bien estar triste y que no pasa nada por sentir. Lo importante es que pueda ver que, aunque estés emocionada/o, puedes sostener la situación y cuidarle. Las lágrimas no son una amenaza: son parte de la vida.

4. ¿Es necesario llevar a los niños al funeral?

Depende de la edad, del vínculo con la persona fallecida y de cómo sea el tipo de ceremonia. A muchos niños les ayuda a comprender la realidad de la muerte y a despedirse. A otros puede resultarles abrumador. Puedes explicarle previamente qué va a ocurrir y darle opciones: asistir un rato, quedarse contigo, o participar en un ritual simbólico alternativo. Lo importante es no forzar.

5. ¿Qué hago si mi hijo o hija no quiere hablar del tema?

No todos los niños procesan hablando. Algunos lo hacen jugando, otros dibujando, otros en silencio. No fuerces la conversación. Déjale saber que estás disponible cuando lo necesite. La disponibilidad abierta y sin presión es mucho más efectiva que insistir en que se exprese.

6. ¿Es normal que pregunte lo mismo una y otra vez?

Sí. Las preguntas repetidas son parte del proceso. Repetir la respuesta les ayuda a integrar la información emocional y cognitiva. Aunque a ti te parezca que ya lo has dicho, para ellos aún no está “colocado dentro” y necesitan escucharlo de nuevo con calma.

7. ¿Cómo explicarle que la muerte es irreversible sin generar ansiedad?

Puedes decir algo como: “Cuando alguien muere, su cuerpo deja de funcionar y no puede volver, pero seguimos queriéndole y recordándole”. Presentar la irreversibilidad con serenidad —no como amenaza— evita generar miedo. El tono con el que lo digas será más importante que las palabras exactas.

8. ¿Es normal que siga jugando como si nada hubiera pasado?

Sí. Juego y duelo conviven. El juego es un mecanismo natural de regulación emocional. No significa que no esté afectado o que no haya entendido la situación; significa que su mente está gestionando el impacto a través de sus ritmos naturales.

9. ¿Cuándo debería preocuparme y pedir ayuda profesional?

Recomiendo consultar cuando observes señales como: pesadillas frecuentes o miedo intenso a quedarse solo/a, regresiones significativas (hacerse pis, conductas muy infantiles), tristeza marcada que no mejora, irritabilidad continua, conductas repetitivas o obsesivas sobre la muerte y aislamiento social.

En estos casos, un acompañamiento especializado puede ayudar a que el proceso de duelo sea más seguro y menos angustiante.

10. ¿Puede el duelo afectar al rendimiento escolar?

Sí, es habitual: dificultad para concentrarse, cansancio, irritabilidad o pérdida de interés. Suele ser temporal. Es útil avisar a la escuela para que puedan entender lo que está viviendo y ofrecer un entorno más comprensivo durante un tiempo.

11. ¿Cómo mantengo vivo el recuerdo sin hacerle daño?

Recordar no duele: lo que duele es la ausencia. Hablar de la persona fallecida, mirar fotos, compartir anécdotas bonitas o crear un pequeño ritual familiar ayuda a integrar la despedida. Los recuerdos son un puente, no una herida.

12. ¿Es bueno que tenga un ritual de despedida?

Los rituales ayudan a dar forma al dolor y permiten ordenar internamente lo que ha ocurrido. Puede ser plantar una flor, encender una vela juntos/as, escribir una carta, hacer un dibujo o crear una cajita de recuerdos. Lo importante es que sienta que forma parte del proceso.

13. ¿Debo ocultar mis creencias si son distintas a las de mi pareja o familia?

No es necesario. Las criaturas pueden convivir con distintas interpretaciones culturales o espirituales. Lo que necesitan es que todas ellas se expliquen con respeto y calma. Puedes decir: “Yo pienso que… y tu padre/madre piensa que… tú puedes decidir lo que te haga sentir bien”.

Un tema que merece presencia, no silencio

Las familias suelen decirme: “No sé si hablarle del tema… ¿y si le hago daño?”. Pero lo cierto es que, cuando existe una pérdida cercana, los niños y niñas ya perciben que algo sucede. Aunque no lo digamos, aunque intentemos protegerlos, ellos sienten.

He observado que cuando no explicamos lo que pasa, los niños rellenan los vacíos con su imaginación. Y su imaginación, en los momentos de incertidumbre, suele ser más temible que la verdad.

Cuando abordamos la muerte desde la naturalidad, desde la sinceridad y sin dramatismos innecesarios, estamos dando un mensaje profundo:

“Puedes confiar en mí. Estoy aquí contigo también para esto”.

Como psicóloga infantil en Viladecans que atiende situaciones de duelo infantil, siempre repito lo mismo: no es el tema lo que daña, sino la falta de acompañamiento emocional. La verdad explicada con amor es reparadora.

Cómo adaptar el mensaje a cada edad

Cada etapa del desarrollo infantil tiene su manera de comprender la vida, y también la muerte. Hablar con claridad es importante, pero hacerlo desde su nivel evolutivo es esencial.

Entre 2 y 5 años: lo literal es lo que existe

En esta etapa, las metáforas pueden confundir. “Se ha ido al cielo” puede hacerles mirar al cielo esperando verlo. “Está dormido/a” puede provocar miedo a dormir.

Aquí funcionan mensajes breves y tranquilos:

“Su cuerpo dejó de funcionar.”

“No va a volver, pero podemos recordarlo.”

A esta edad, más que palabras necesitan brazos, calma y rutina. El gesto es casi tan importante como la frase.

Entre 6 y 9 años: comienza la curiosidad

En esta etapa, las preguntas aparecen una detrás de otra. “¿Por qué?”, “¿cómo?”, “¿nos puede pasar?”, “¿y si…”?

Respira antes de responder. Habla pausado. Está bien no tener todas las respuestas.

Como psicóloga infantil en Viladecans que acompaña el duelo en niños, suelo decir a las familias que un “no lo sé, cariño, pero podemos pensar juntas/os” es un mensaje mucho más sano que inventar explicaciones por miedo a no saber.

A partir de los 10 años: aparece la profundidad

Aquí el concepto de irreversibilidad ya está claro. Pueden surgir reflexiones existenciales, miedos “adultos”, o incluso preguntas filosóficas: “¿Qué pasa después?”, “¿qué sentido tiene la vida?”, “¿y si me muero yo?”.

No minimices estas reflexiones. No busques respuestas perfectas: buscan autenticidad, no perfección. Necesitan saber que es un tema del que se puede hablar sin tabúes.

Cómo comunicar la noticia de una pérdida

Este es un momento delicado, pero también un acto de inmenso amor. La forma en que se comunica marcará el proceso emocional posterior.

Mis recomendaciones desde la experiencia:

Escoge un lugar calmado: sin prisas, sin interrupciones.

Pon el foco en el vínculo: siéntate a su altura, mírale a los ojos.

Sé clara/o y sencilla/o: “Debo contarte algo importante…”.

Da la noticia sin rodeos: “La abuela ha muerto.”

Explica lo justo y necesario: “Su cuerpo dejó de funcionar por…”.

Acepta todas sus emociones: “Puedes estar triste, enfadado/a o confundido/a. Yo también me siento así.”

Mantente disponible: “Puedes preguntarme lo que necesites hoy, mañana o cuando quieras.”

No hace falta tener la frase perfecta. Hace falta estar presente.

Preguntas habituales… y cómo sostenerlas

Durante el duelo infantil aparecen preguntas espontáneas, directas y en ocasiones desconcertantes. Aquí te comparto algunas que encuentro con frecuencia en consulta.

“¿Tú te vas a morir?”

Puedes responder con calma:
“Todas las personas morimos algún día, pero ahora estoy sano/a y voy a estar contigo muchos años.”

“¿Dónde está ahora?”

No hay una única respuesta válida. Lo importante es que sea coherente con vuestras creencias.

Si no tienes una respuesta clara:
“Hay personas que creen que… otras creen que… nosotros podemos pensar juntos lo que nos hace sentir mejor.”

“¿Le dolió?”

“Cuando una persona muere, deja de sentir dolor. Y estuvo muy acompañada.”

“¿Por qué pasa esto?”

Una respuesta serena ayuda más que una explicativa:

“El cuerpo dejó de funcionar. Y aunque da mucha tristeza, podemos hablar de ello cuando lo necesites.”

Acompañar las emociones: el corazón del proceso

Un duelo sano en la infancia no se basa en evitar el dolor, sino en permitir que cada emoción tenga su espacio.

He visto niños que lloran profundamente durante días. Otros que juegan como siempre. Algunos que hacen preguntas eternas. Otros que solo necesitan silencio. Cada reacción es válida.

Lo que sí ayuda

– Nombrar sus emociones: “Veo que estás triste”, “parece que hoy estás más enfadado/a”.

– Ofrecer presencia: “Estoy aquí contigo”.

– Mantener rutinas: son anclas de estabilidad.

– Hacer rituales simbólicos: plantar una flor, encender una vela, guardar un objeto especial.

– Promover la expresión creativa: dibujos, relatos, música.

Lo que no ayuda

– “No llores.”

– “Sé fuerte.”

– Evitar hablar del tema.

– Fingir que estás bien si no lo estás.

Los niños aprenden a llorar sin miedo cuando ven que tú también te permites hacerlo.

Señales para pedir ayuda profesional

Aunque la mayoría de procesos de duelo evolucionan de forma natural, en ocasiones pueden aparecer señales que muestran que la criatura necesita acompañamiento extra:

  • Miedos intensos a perder a otra persona.

  • Cambios importantes en el sueño o en la alimentación.

  • Regresiones como hacerse pis o pedir dormir con adultos.

  • Tristeza persistente.

  • Irritabilidad marcada.

  • Aislamiento o rechazo a actividades que antes disfrutaban.

  • Conductas repetitivas alrededor del tema de la muerte.

Buscar ayuda profesional no es un fracaso: es un acto de cuidado profundo.

Integrar la muerte como parte de la vida

Hablar de la muerte no tiene que ser una conversación única ni dramática. Puede ser un tema que aparece con naturalidad en la vida cotidiana.

Algunas ideas:

  • Observar juntos el ciclo de una planta.

  • Hablar sobre un animalito encontrado en la calle.

  • Comentar películas o cuentos donde aparezca la muerte.

  • Compartir recuerdos familiares de personas queridas que ya no están.

Estas conversaciones dan normalidad al concepto de finitud. Y cuando existe una pérdida real, el impacto emocional se gestiona con más recursos internos.

Psicóloga infantil en Viladecans para procesos de duelo en niños

Si sientes que necesitáis apoyo o guía, en PsicoVila encontrarás un espacio seguro, cálido y respetuoso donde poder hablar, respirar y procesar lo que estáis viviendo.
Como psicóloga infantil en Viladecans experta en acompañar el duelo en niños, mi trabajo consiste en ayudar a que las familias encuentren claridad, calma y recursos para transitar este camino.

Si tu hijo o hija está viviendo una pérdida, o si tú misma o tú mismo necesitas orientación sobre cómo acompañarle con serenidad, puedes agendar una cita conmigo. Estaré encantada de caminar a vuestro lado, con presencia, profesionalidad y mucha sensibilidad.

Preguntas frecuentes II
1. ¿Qué tipo de terapia ofrece Bárbara?

Bárbara ofrece una terapia integradora especializada en infancia, adolescencia y familias. Su enfoque combina recursos de la psicología humanista, la terapia sistémica y las técnicas basadas en la regulación emocional. Su prioridad es crear un espacio seguro, cálido y cercano donde niños, niñas y familias puedan expresarse sin miedo y avanzar de forma respetuosa.

2. ¿Bárbara está especializada en duelo infantil?

Sí. Bárbara cuenta con una sólida experiencia como psicóloga especializada en acompañar procesos de duelo en niños y niñas. Trabaja tanto pérdidas recientes como duelos más antiguos que no han podido integrarse, ofreciendo herramientas adaptadas a cada etapa evolutiva y a cada familia.

3. ¿Cómo es una primera sesión con ella?

La primera sesión se centra en escuchar. Bárbara recibe a la familia en un ambiente tranquilo, seguro y amable. Durante este encuentro recoge información sobre la situación actual, el motivo de consulta, las necesidades del menor y las preocupaciones de las personas adultas. A partir de ahí elabora una propuesta de intervención personalizada y respetuosa.

4. ¿Qué duración tienen las sesiones?

Las sesiones individuales con niños, niñas o familias suelen durar entre 50 y 60 minutos. En casos concretos y según la necesidad, Bárbara puede adaptar ligeramente la duración para que la criatura no se sature emocionalmente.

5. ¿Cuál es el precio de una sesión?

El precio estándar de las sesiones con Bárbara es de 65€.

6. ¿Con qué frecuencia recomienda las sesiones?

Generalmente, Bárbara recomienda una sesión semanal o quincenal al inicio del proceso, según la intensidad del caso. Con el tiempo, la frecuencia puede espaciarse a medida que el menor o la familia se sienten más estables y seguros.

7. ¿Es necesaria la presencia de los padres o madres en las sesiones?

Depende del motivo de consulta y de la edad del menor. Bárbara combina sesiones individuales con sesiones familiares. En algunos casos se trabaja directamente con la criatura; en otros, la intervención se centra en orientar a las personas adultas para mejorar la dinámica emocional del hogar.

RESERVAS: https://app.lapsula.com/book/PSICOVILA

☎️ +34 930 47 40 26

📧 info@psicologoviladecans.es

📌 Carrer de Sant Marià, 92, DESPACHO 2. 08840 Viladecans, Barcelona.

Aprende sobre la metodología de Bárbara

Conoce a Bárbara

Bárbara Ochoa López, Psicóloga Colegiada nº 34212

Hola, soy Bárbara, psicóloga apasionada por el aprendizaje continuo y la innovación en el ámbito de la salud mental. Mi trayectoria me ha permitido desarrollar una visión holística para el bienestar de las personas, con una base sólida en la escucha activa, la empatía y el análisis.

Me especializo en el acompañamiento de niños y adolescentes, buscando aportar mis conocimientos y crecer junto a ellos. Mi objetivo es crear un espacio seguro y dinámico, ayudándoles a encontrar las herramientas que necesitan para su desarrollo y su bienestar emocional. Puedes mirar mi perfil formativo profesional LINKEDING